El Año Nuevo, celebrado el 1 de enero, marca el inicio de un nuevo ciclo anual en Ecuador, una fecha llena de esperanza, reuniones familiares y festividades que reflejan la diversidad cultural del país. Las familias se reúnen para disfrutar de banquetes con platos tradicionales como el tamal, el lechón asado y las humitas, mientras las calles se iluminan con fuegos artificiales y música que resuena hasta altas horas de la noche. Una de las tradiciones más populares es la quema de monigotes, que simboliza dejar atrás los problemas del año anterior, y el consumo de doce uvas al dar las campanadas, cada una asociada a un deseo para los próximos meses. En algunas regiones, como la Costa, se realizan rituales como caminar con maletas para atraer viajes o usar ropa interior de colores para la suerte. Esta celebración une a las comunidades en un espíritu de renovación y alegría, consolidándose como un pilar de la identidad ecuatoriana.
