El Día libre por la Independencia de Cuenca, establecido el 4 de noviembre, es un día adicional de descanso que extiende las celebraciones de la independencia de esta ciudad, declarada el 3 de noviembre de 1820. Este feriado permite a los ciudadanos disfrutar de un fin de semana largo, dedicándolo a actividades familiares, visitas turísticas a los hermosos monumentos históricos de Cuenca, como la Catedral Nueva o las calles empedradas del centro, y la participación en eventos culturales organizados por la municipalidad. Las tradiciones incluyen degustaciones de platos típicos como mote pillo y tamales, así como ferias artesanales que resaltan la artesanía local, como los sombreros de paja toquilla. Este día también fomenta el turismo interno, atrayendo a visitantes de otras provincias que buscan conocer la arquitectura colonial y los museos de la ciudad, consolidando a Cuenca como un epicentro cultural y un símbolo de libertad en el país.
